¿Cuántas horas necesitas realmente? La falsa fórmula del “X tiempo = X éxito”
¿Conoces la fórmula de X tiempo, X éxito? Nosotros no, por eso no podemos garantizarte esto, y sí, sabemos que lo ideal sería un algoritmo mágico que determine con cuánto tiempo de dedicación estaría garantizando tu objetivo, pero lamento decirte que esto no funciona así, no existe un número de horas exacto que certifique obtener tu plaza.
Cada año, miles de aspirantes se enfrentan a este reto, se preparan durante meses, en el mejor de los casos, y en otros, compaginando trabajo, familia y estudio. Si en algo estamos todos de acuerdo es que el esfuerzo, en muchos de ellos, es enorme pero las plazas son limitadas. En este contexto, la diferencia entre aprobar y quedarse a las puertas suele estar en la planificación y la constancia, más que en las horas maratonianas que le puedas dedicar, porque no todo es tiempo.
No obstante, y en base a nuestra experiencia, y a la de muchos opositores, sí podemos establecer algunos rangos orientativos que podemos amoldar a nuestras necesidades particulares. Estableceremos como punto de partida un escenario en el que disponemos un año completo de preparación.
¿Cuánto tiempo estudiar según tu situación?
Si puedes estudiar a tiempo completo
Si puedes dedicarte al estudio a tiempo completo, sería recomendable establecer un horario de estudio de entre 6 y 8 horas diarias, alternando tareas (temario, supuestos, programación didáctica) para evitar monotonía.
Dada la amplia disponibilidad de tiempo, siempre será bueno mantener el foco en el calendario con objetivos semanales y revisiones mensuales para medir el progreso y no perder el foco.
Si compaginas trabajo y estudio
Si en tu caso compaginas trabajo y estudio, la franja ideal podría ser entre 2 y 4 horas diarias entre semana, con más carga los fines de semana o festivos (4-6 horas por día).
Aunque parezca menos, con organización y técnicas adecuadas se pueden obtener grandes resultados.
Si tienes cargas familiares u otras obligaciones
En este caso, puede que solo dispongas de momentos cortos (varias horas separadas a lo largo del día), pero la regularidad y el uso de materiales resumidos o audios puede compensar esa limitación.
- Fragmenta el estudio en bloques de 30-45 minutos.
- Evita interrupciones durante ese tiempo.
- Negocia con tu entorno momentos específicos de estudio y descanso.
- Usa herramientas prácticas (notas, audios, flashcards, cuaderno pequeño) para repasar en tiempos muertos.
La regularidad: el factor realmente determinante
La regularidad suele ser más determinante que la cantidad total.
Estudiar cada día un poco es más eficaz que dar “atracones” esporádicos, pero sobre todo, ser eficaz en tu organización y cumplir con tu planificación de tiempo para estudiar las oposiciones.
Dentro de tu disponibilidad horaria, introducir pausas y planificar tiempo para el ejercicio físico sería ideal para mantener energía y concentración.
Consejos para optimizar tu preparación
Divide el temario y planifica
Antes de comenzar, divide el temario en bloques y planifica qué temas y supuestos trabajarás cada semana. Incluye revisiones periódicas y simulacros de examen.
Fija objetivos realistas
Objetivos concretos como “leer y subrayar el tema 10” o “resolver tres supuestos prácticos” funcionan mejor que metas vagas como “estudiar todo el día”.
Utiliza métodos de estudio activo
El aprendizaje significativo se consolida mejor con:
- Esquemas
- Mapas conceptuales
- Flashcards
- Resúmenes propios
- Grabaciones
Establece un sistema de rescates
Estudiar un tema no implica abandonarlo.
Utiliza técnicas como la repetición espaciada (3 días – 1 semana – 1 mes) para fijar contenidos a largo plazo.
Realiza simulacros periódicos
Programa simulacros cronometrados con las mismas condiciones del examen. Ganarás seguridad y rapidez.
Cuida tu salud
Dormir 7-8 horas, hidratarse, hacer pausas activas y realizar ejercicio físico moderado favorece el rendimiento intelectual.
Mantener la motivación en un proceso largo
El proceso de preparar una oposición puede extenderse en el tiempo, por lo que mantener la motivación y el equilibrio emocional es tan importante como estudiar.
- Celebra pequeños logros.
- Rodéate de apoyo.
- Evita compararte en exceso.
Cada persona es única, y cada proceso también.
Conclusión: no hay fórmulas mágicas, hay constancia
No hay fórmulas mágicas, pero sí un camino hecho de constancia, organización y compromiso contigo mismo, siendo consciente de tu disponibilidad de tiempo y situación particular. Cada paso y objetivo marcado te acerca a tu meta.
¿Y no es precisamente tu constancia diaria, más que cualquier fórmula secreta, la que acabará convirtiéndose en tu mejor garantía de éxito?