Memorizar es, sin duda, uno de los mayores retos para cualquier opositor. No es raro tener la sensación de no avanzar, olvidar lo estudiado o sentir que nada se retiene en la memoria. La enorme cantidad de temas puede resultar abrumadora e incluso llevar al abandono.
La buena noticia es que memorizar temas de oposiciones no tiene por qué ser angustiante. Existen técnicas que facilitan la retención y reducen la sensación de bloqueo. A continuación, encontrarás 9 estrategias útiles para memorizar mejor y afrontar el estudio con más confianza.
Trucos para memorizar tus oposiciones
1. Distribuye el temario en bloques de estudio
Parece lógico empezar por el tema 1, luego el 2, el 3… sin embargo, esta estrategia no siempre es la más eficaz. Una forma más inteligente de memorizar es dividir el temario en bloques de contenido, agrupando los temas que sean similares o compartan información en común.
Esto permite que los repasos posteriores sean más efectivos, porque al revisar un bloque, reforzamos varios conceptos relacionados al mismo tiempo.
2. Comprender antes de memorizar
Antes de intentar memorizar, es fundamental entender lo que se estudia. Leer el tema completo ayuda a familiarizarse con el contenido y repasarlo por partes permite identificar ideas clave, vocabulario nuevo, contrastar información de otras fuentes y buscar ejemplos.
Comprender el material convierte la memorización en un proceso natural y duradero, y facilita el aprendizaje de manera significativa.
3. Crea párrafos comunes o comodines
Un recurso útil para memorizar menos cantidad de información a la vez y ganar confianza es preparar párrafos comodines. Pueden ser de contenido teórico, referencias legislativas o introducciones y conclusiones que se puedan reutilizar en diferentes temas, cambiando solo algunas palabras clave.
De esta manera, se evita la sensación de empezar desde cero en cada tema y se gana seguridad al estudiar.
4. Resume para organizar la información
La elaboración de resúmenes permite filtrar lo más importante y organizar la información de manera clara y estructurada. Al resumir un tema, se realiza un primer repaso, se destacan los conceptos esenciales y se crea material útil para repasos posteriores.
Un buen resumen es breve, ordenado y facilita la revisión eficiente, sirviendo como guía para exponer los temas con claridad y rigor.
5. Haz esquemas, ilustraciones y mapas mentales
Organizar la información con esquemas, ilustraciones y mapas mentales facilita la memoria visual y mejora la comprensión de ideas.
- Los esquemas resaltan lo esencial y ayudan a estructurar el contenido de forma clara, permitiendo identificar rápidamente los conceptos principales.
- Las ilustraciones, como dibujos, diagramas o íconos, hacen que los conceptos abstractos sean más concretos y fáciles de recordar.
- Por último, los mapas mentales muestran cómo se relacionan los conceptos en torno a un tema central, ofreciendo una visión global de la información.
Utilizar estos tres recursos de manera complementaria convierte el estudio en algo más dinámico y los repasos, mucho más efectivos.
6. Usa reglas mnemotécnicas
Las reglas mnemotécnicas son muy eficaces para memorizar listas o clasificaciones que resultan difíciles de retener.
Por ejemplo, si necesitásemos memorizar las metodologías activas más comunes en educación, podríamos inventar una frase como “Con Proyectos Se Gana Fácil”, donde cada inicial representa una metodología: C de Cooperativo, P de Proyectos, S de Servicio, G de Gamificación y F de Flipped Classroom.
Este tipo de recursos convierte la memorización en un juego creativo y más eficaz que la repetición mecánica.
7. Emplea técnicas de repetición espaciada
La repetición espaciada consiste en repasar un contenido dejando pasar intervalos de tiempo cada vez más largos entre sesiones, una técnica avalada por la psicología cognitiva que fortalece la memoria a largo plazo y ayuda a contrarrestar la curva del olvido descrita por Hermann Ebbinghaus, pionero del estudio experimental de la memoria en el siglo XIX.
Como ejemplo de aplicación, se puede dividir la información en pequeños bloques y repasarlos progresivamente: primero al día siguiente, luego a los 3-4 días, después a la semana y finalmente al mes. Combinado con esquemas, mapas mentales o flashcards, este enfoque refuerza la memoria y evita la sensación de memorizar hoy y olvidar mañana.
8. Adáptate a tus necesidades
No todos memorizamos de la misma manera, y factores como el tiempo disponible o el estado de ánimo influyen más de lo que creemos. Probar diferentes estrategias y combinarlas según la situación es clave.
Algunos recuerdan mejor leyendo en voz alta, otros grabándose explicando el tema, y muchos encuentran útil estudiar en movimiento. Lo importante es descubrir qué funciona para ti y adaptarlo a cada sesión.
9. Mantén una actitud positiva y realista
Memorizar es un proceso gradual. Pretender retener todo a la primera solo conduce a frustración. Es importante aceptar que olvidar forma parte del aprendizaje y que lo relevante no es recordar siempre todo a la perfección, sino tener un sistema que permita recuperar la información y avanzar con constancia.
Establecer metas pequeñas, celebrar los progresos y ser flexible con los errores ayuda a mantener una actitud saludable frente al estudio. Descansar también es fundamental: el cerebro necesita tiempo para asimilar la información.
En definitiva, memorizar no tiene por qué ser una lucha constante. La clave está en construir un sistema de estudio que funcione a largo plazo, adaptado a tus necesidades y combinando las técnicas que mejor funcionan para ti.
Cada pequeño avance te acerca un paso más a tu objetivo.