Legislación (poco) educativa

Quizá los más jóvenes no hayan vivido la experiencia de recibir en su domicilio la Constitución Española cuando cumplías 18 años, pero alguno/a menos joven (o más viejo) sentirá un zarpazo de nostalgia al recordarlo. Era la manera que tenía el gobierno de decirte que ya eras mayor de edad y, que en ese documento, se recogían los derechos y deberes que como ciudadanos españoles teníamos que cumplir.

La pregunta es, ¿te la leíste? ¿la subrayaste? ¿la resumiste? ¿Te agobió no dominar ese documento?

Sírvase esta metáfora para iniciar esta entrada al blog.

Somos, o pretendemos ser, maestros y maestras. En ningún caso abogados, notarios o juristas. Nuestra finalidad es educar a niños y a niñas y prepararlos para la vida en sociedad, facilitando herramientas para su desenvolvimiento autónomo e integral.

Nos preparan, o mejor dicho, nos preparamos para ello: pedagogía, nuevas tecnologías, metodologías, idiomas,  …ese debe ser nuestro campo de estudio y formación.

Sin embargo, la educación sigue y seguirá siendo una potente arma política que según quien gobierne “modifica”. Aunque lo que realmente se hace es cambiar el collar al mismo perro de siempre, pensando en todos menos en los alumnos/as.

El problema no radica en que se modifiquen dichas leyes, el problema es que nadie te las explica, ni te ha enseñado a interpretarlas o a cumplirlas. De ahí que después de más de 10 años muchos aún no sepan evaluar por competencias (a secas, básicas o clave, vuelvo a lo del collar). Y ni hablar de los estándares de aprendizaje evaluables o las rúbricas, eso es como hablar chino para algunos. Y no les falta razón.

Pero bueno, como no nos cansamos de repetir, no estamos aquí para ser mejores maestros ni maestras, sino para aprobar, y con mucha nota, una serie de pruebas para la oposición.

Entonces, ¿qué hacemos con la ley?

Hay decenas (por no agobiar) de documentos legislativos relacionados con la educación, bien sean a nivel  estatal o a nivel de comunidades autónomas. Leyes, leyes orgánicas, reales decretos, decretos, ordenes, instrucciones, …, y cada uno con sus artículos, capítulos y muchas muchas páginas. Imprimir y “estudiar” esos documentos es casi un atentado al medio ambiente y a la “lógica económica del esfuerzo”. ¡¡Si no sabes lo que es lee más nuestro blog!!

Como ocurre en la política, deberemos utilizar la ley como herramienta de marketing en nuestro proceso. Reconozcamos que cuando la usas “quedas bien” y no es lo mismo expresar:“ Hablar y escuchar  en ingles/francés es muy importante con los niños” que decir: “ se priorizarán en la educación primaria de lengua extranjera la expresión y comprensión oral, según se establece en el artículo 13.3 del Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de EP”.

Pero realmente son SÓLO algunas referencias a artículos de conceptos muy utilizados (valores, diversidad, competencias, metodología, evaluación, …) las que utilizarás repetidas veces en los temas y supuestos prácticos,  enriqueciendo  y “demostrando” al tribunal cuanto dominas las leyes.

Créate un dosier de palabras clave y dónde están recogidas en los diferentes documentos legislativos, y entrena tu capacidad de poder utilizar dichas referencias. Tendrás una base indiscutible sobre la que apoyar algunos argumentos sin desperdiciar tantísimo tiempo en algo que no debes aprender, sino utilizar inteligentemente para tu beneficio.

 

Comments (2)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. ACEPTAR

Aviso de cookies