En algunas ocasiones hemos conocido a alguien que dibuja, canta, escribe, pinta de maravilla. Ojalá yo tuviera algún talento, ¿verdad? Veamos unos apuntes de creatividad en oposiciones.
Te preguntas si tus padres no han desarrollado tu creatividad como deberían. Si no han sabido gestionar y potenciar tus habilidades. Incluso, te replanteas hacer algún que otro curso sobre cocina creativa, teatro o escritura de ciencia ficción.
La realidad es que nunca es tarde, ¡dale caña!
Hoy vengo a darte una buena noticia (o todo lo contrario): No vas a hacer mucho uso de esa creatividad en la fase de oposiciones (o no deberías).
Los que como yo, no tenéis ningún don especial diréis: GRACIAS
Los que habéis sido bendecidos por el espíritu del arte y la innovación diréis: Vaya… He visto cómo penalizaban a una compañera por ser “demasiado creativa”, ¿No te lo crees?
Cuando te enfrentas a unas oposiciones, tienes muy poco tiempo para demostrar todo lo que sabes. Si estás media hora proponiendo recursos (uno tras otro y sin pestañear) súper dinámicos y atractivos, pensarán que es imposible trasladarlo a un contexto real e incluso, se aburrirán.
Te encontrarás con personas en tu tribunal que no están muy “a la última” en cuestiones tecnológicas o que sí que lo están pero, pensarán que tú solo estás intentando quedar bien con ellos.
Igual que no puedes plantear un contexto perfecto en tu programación, en el que tus niños son cuasi bilingües, dispones de unos medios tecnológicos de la leche y das las clases en inglés cantando, te diré que no puedes pretender conquistar al tribunal con una metodología basada en el libro de texto y sin hacer uso de, mínimamente, un proyector.
Es fundamental encontrar el equilibrio.
Hay que ser humilde sin pasarse; elegir alguna herramienta tecnológica que realmente domines o presentar una dinámica simple, efectiva y asequible para todos. Incluso para ese miembro de tu tribunal que no sabe lo que es una rúbrica.
Cuando se hayan leído tu programación y en la exposición de la misma vean el uso real que das en clase de inglés o francés, se tienen que ir pensando: A partir de hoy mismo utilizaré eso en mis clases, con mis niños.
Así que, ya sabes, deslumbra sin dejar ciego.
Ana González Pallares
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