Tenemos o conocemos a alguien con perros o con gatos. Menos veces se tiene ambas mascotas. La cuestión no es no tenerla (a la otra), la cuestión es odiarla. Es habitual escuchar a los dueños de los perros hablar de lo independiente, pasotas, agresivos y poco cariñosos que son los gatitos. O a los que tienen gatos hablar de lo sucio, peligrosos, delicados o trabajosos que son los caninos.
En educación pasa algo parecido. Bueno, pasar, pasa en muchos ámbitos de la vida:
O eres de playa o de montaña. Innovador o tradicional. Del Betis o del Sevilla ¿Haces yoga? ¡Debes ser vegano! Si te gusta el Heavy metal debes llevar tattoos, moto y ropa oscura.
La sociedad, las familias, y la propia escuela te va inclinando a formar parte de un equipo, o de otro
Y nosotros como docentes, sea por imitación, adoctrinamiento, comodidad o miedo también nos inclinamos a los equipos con los que nos sentimos más identificados o más tranquilos.
Si quieres ser innovador (punto aparte merece definir “innovador”), parece que debes no solo huir, sino repudiar y criticar cualquier elemento, acción o metodología que huela a tradicional. Olvídate de copiar, de gritar, de trabajar individualmente, de hacer cálculo, método silábico, repetición, …
Si quieres ser, o eres porque así te etiquetan, tradicionalista, huye del Pc, de internet, de las aplicaciones, del móvil, del trabajo cooperativo, por proyectos, plurilingüismo, inteligencias múltiples, ABN y de todo lo que no sea “que la letra con sangre entra”.
Si te crees innovador, recuerda que tu innovación nació de un método tradicional, con el que te educaron probablemente en tu infancia, así que tan malo no será , no?
Si eres puritano educativo, acepta que todos nos hacemos viejos y más feos, y la forma en la que enseñamos a veces también se hace fea. Comprende que tienes la obligación legislativa, moral y educativa de FORMARTE para mejorar y adaptarte a lo que la ciencia educativa demuestra empíricamente que funciona.
Me gusta el calor de la playa y la libertad de la montaña. Me encanta el cariño de los perros y la estética de los gatos. Me gusta el Sevilla y Joaquin del Betis (esto me ha costado escribirlo). Me gusta el yoga y la ternera de retinto. Educar con el corazón y pegar algún grito. Coger el boli y encender los ipads. Escape room y pilla pilla. Copiar, dictar y criticar. Me gusta la libertad, como posibilidad de elegir. Elegir lo mejor en cada momento, y sobre todo, lo mejor para mi alumnado
Posdata: Tendríais que ver la cara de media grada en el congreso internacional Educa en Santiago de Compostela el fin de semana pasado cuando en una ponencia Don Manuel Carreiras (Director del Basque Center on Cognition, Brain and Language) demostró con varios estudios que el aprendizaje de una lengua en varios ámbitos (fonético, léxico, semántico, …) era mucho mejor cuando aprendían con el método analítico y NO con el método global. Se hizo el silencio.
Pablo García
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